Dicen que toda mujer embarazada merece una Doula

A las 5:30am las aguas anunciaron la llegada de Violetta. Las piernas me temblaban, la voz se entrecortó y el corazón latió a mil. Era la mañana del 16 de octubre, salimos corriendo en taxi para llegar a la clínica, la dilatación iba en uno: el camino sería largo.

Canalización, monitor fetal, monitor de presión y un pañal enorme, fueron mis compañeros durante ese lunes festivo, Nata llegó con su alegría y la maleta llena de cosas lindas. -Estamos de fiesta-, me dijo hoy llega tu bebé.

Yo me sentía iniciando un largo viaje: 9 meses embarazada – y 6 desde que me enteré de la noticia- no fueron suficientes para ser consciente de lo que estaba pasando, a punto de dar a luz todavía era inverosímil que sería mamá, que la vida me había cambiado desde el mismo instante en que la prueba marcó dos rayitas.

Conocí a Nata en un viernes por la tarde, le conté gran parte de toda mi vida a ella, lloré recordando momentos significativos y ella me hizo ver y entender la maravilla que es poder dar vida. El cuerpo de una mujer se transforma de maneras inimaginables para albergar otro corazón, otro cuerpo, otra vida.

Nata me acompañó durante el embarazo, me informó sobre todos los temas de maternidad, me consoló y fue mi amiga, un apoyo emocional este gran proceso que es gestar. Organizamos todo para el gran día, a partir de la semana 37, ella estaría disponible para mí 24/7 y aunque pensábamos que iba a ser distinto, estuvimos dándola toda para la llegada de Violetta.

Volviendo al 16/10, Nata llegó a la Clínica y logró estar conmigo durante todo el proceso, fue una gran motivación, hicimos ejercicio en la habitación, reímos mucho, comimos banano y tomamos té. Luego de varias horas de trabajo de parto, Nata me visitó nuevamente, me enseñó cómo empezar a lactar, nos tomamos fotos y nos abrazamos mucho al recordar todo lo vivido, todo lo soportado.

Despedida de Panza, semana 37.

Hoy que estoy apunto de cumplir los primeros 40 días de postparto, agradezco a la vida por ponerme en el camino a Nata, una mujer que me hizo ver desde otro punto la maternidad y lo grande que trae consigo, claro que no es fácil, no pretendo romantizar la maternidad porque es retadora, abrumadora en algunos momentos, angustiante en otras, pero hermosa siempre…

Dicen que toda mujer embarazada merece una Doula que la mime, que la apoye y sea un sostén en todo momento, estoy de acuerdo con esto porque el embarazo es una etapa de mil cambios tanto físicos, psicológicos y emocionales.  

Todavía no creo todo lo que mi cuerpo logró hacer, casi siempre tuve miedo gracias Nata por llevarme hacia el camino de confiar.

Sígueme en

2 comentarios de “Dicen que toda mujer embarazada merece una Doula”

  1. Te amo mi vida. Siempre valiente ante las vicisitudes de la vida misma.
    Tus lindas palabras llegan y para mí también fue una gran tranquilidad Nata, un respiro en el almita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *