Brackets cuando ya no eres adolescente

Cuando tenía 10 años, mi mamá me llevó al odontólogo y me colocaron unos aparatitos para arreglar un poquito los dientes; en ese momento no podía usar brackets porque aún estaba muy pequeña y no tenía todos los huesos desarrollados ni había mudado completamente la dentadura de leche.

No recuerdo cómo eran mis dientes antes de aquel aparato, así que no puedo decir a ciencia cierta si éstos cambiaron, pero supongo que sí. Sin embargo, la aclaración fue que más adelante debía usar brackets para corregir la posición de los dientes y la mordida cruzada.

Pasó el tiempo y no vi necesario usarlos, pues no tenía los dientes tan “chuecos” a mi consideración así que nunca insistí en colocármelos por varios miedos: dolor, peladuras, no poder comer y además porque según yo iba quedar muy Betty la fea.

Pero después de muchos años y ya sin ser una adolescente, me entraron las ganas de tener los dientes bonitos, sonreír sin pena, y mejorar mi autoestima.

Decidí entonces llevar a cabo mi proceso así:

EXTRACCIÓN DE MUELAS DEL JUICIO

Antes de colocarme frenillos, decidí hacerme la cirugía de las cordales, para el momento en que me las sacaron, ya tenía 3 afuera y la última estaba terminando de salir. Por fortuna las muelas venían derechas y fue más fácil el procedimiento. Admito que tuve muchísimos nervios, pero la doctora que me operó tenía unas manos benditas; no fue para nada tortuoso: no me inflamé ningún día, tampoco mis cachetes se colocaron morados.

LLEGÓ EL DÍA DE TENER CERRAJERÍA

Me hicieron todos los exámenes y radiografías previos a la montura de brackets, estaba ansiosa porque iba a llevar algo «extraño» en mi cuerpo, debía aprender a llevarlos y acostumbrarme a ellos. El primer día no sentí dolor, los días posteriores sí. Me tocó aprender a comer, aprender a hablar (porque me daba pena que me vieran) y aprender a besar, fue demasiado extraño darle un beso  a mi pareja con brackets, ya después ni los sientes.

APRENDIENDO NUEVAS RUTINAS DE HIGIENE

No es igual mantener la higiene con brackets, entonces mi ortodoncista me enseñó como utilizar cada elemento:

  • Cepillo dental.
  • Enhebrador de seda dental.
  • Cepillito miniatura.
  • Barras de silicona, para cuando se pela la boca.

YA NO PUEDES COMER DE TODO

Algo que he aprendido a nivel alimenticio, es que es muy importante no comer cosas duras porque los tumban, por ejemplo: manzanas, chicharrones, maní moto (igual no me gustan) etc. Pero en mi experiencia, agradezco mucho que no ha sido traumático mes a mes para comer cuando me cambian los cauchos.

LAS FEAS LIGAS QUE CORRIGEN LA MORDIDA

Llevo año y dos meses con ortodoncia y 7 de ellos con las ligas que ayudan a arreglar la mordida. Sinceramente es lo que menos de gusta de tener brackets, porque hay que llevarlas 24/7 así que, para comer alguito entre comidas, que se te olvida colocártelos un rato de verdad es muy tedioso; pero ya soy una experta y me los coloco sin necesidad de espejo.

PERO EL RESULTADO ES GENIAL

Ya con más de un año con mi cerrajería, puedo decir que, aunque lo mío no era tan grave, se ve un cambio asombroso en mi dentadura. Nunca es tarde para usar brackets (tanto por salud como por estética), incluso mi mamá y yo, nos colocamos al mismo tiempo.

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